El picaje en los cardenalitos I. (La Autolesión)



Llamamos picaje a la acción de un pájaro consistente en arrancar plumas con el pico o dañar partes del cuerpo con él. Esta acción puede ejercerla sobre sí mismo o sobre otras aves que convivan con él, algo bastante frecuente en cautividad. Nadie que haya criado pájaros puede decir que no haya visto este fenómeno en su aviario en mayor o menor medida, algo que normalmente no pasa de ser un hecho anecdótico que tan solo afea el aspecto del plumaje de sus ejemplares, pero que a veces puede representar un problema. Los cardenalitos de Venezuela, (CARDUELIS CUCULLATA) no son una excepción y más teniendo en cuenta que pertenecen a una especie silvestre cuya adaptación a la cautividad no se ha llevado a cabo completamente por el poco tiempo que lleva manteniéndose en jaula (menos de 100 años) en comparación con el canario que nos acompaña desde hace aproximadamente 5 siglos.
El autopicaje no tiene nada de particular en el cardenalito y ocurre en la misma medida y por las mismas causas que en los canarios. Si no se trata a tiempo el continuo picotear y rascar de un pájaro en una zona irritada de su piel o en una herida puede provocar que se haga mucho daño o incluso que se mutile parte de su anatomía como a veces ocurre con los dedos de las patas, y en el peor de los casos puede degenerar en hemorragias que lleven al animal a la muerte, por tanto es algo que hay que tener en cuenta.
Algunos de los causantes más frecuentes de esta conducta son los parásitos de la piel de las aves que pueden provocar picor e irritación si se hallan en gran número sobre su huésped. Los ácaros chupadores de sangre son muy comunes en las aves de jaula. Son unos bichitos pequeñísimos que pasan el día escondidos en diversos rincones de nuestros aviarios y por la noche buscan a los pájaros para alimentarse. Su pequeño tamaño y su modo de vida hacen que si no estamos atentos nos demos cuenta de la infestación cuando han proliferado exageradamente. Además de anemia por la pérdida de sangre, la continua actividad de estos ácaros sobre la piel puede causar pérdida de plumaje sobre todo en la cabeza a causa de la irritación cutánea y una picazón que puede hacer que el huésped se rasque y acicale en exceso para aliviarse, conducta que puede acabar generando autopicaje. No sólo existe este tipo de ácaros, sino que hay otros que dan lugar a un modo de sarna al alimentarse de la piel excavando túneles dentro de ella LO QUE PROVOCA costras y prurito que el afectado no dejará de tocarse con el pico. También hay parásitos que acceden a la sangre del ave viviendo dentro del cañón de las plumas, y piojos con mandíbulas masticadoras que comen del plumaje y la piel y todos ellos pueden causar estos síntomas. Afortunadamente existen buenos productos especiales preparados para tratar este tipo de afecciones en aves y son bastante efectivos, pero para prevenir mejor que curar es conveniente mantener una buena higiene en nuestro criadero y evitar la acumulación de trastos viejos y otros escondrijos para estos bichitos no deseados. Hay que tener cuidado especialmente con los posaderos o cañas huecos, un refugio ideal para ellos. El tabaco les repele, de modo que podemos esparcirlo por las bandejas de las jaulas y fondos de nidos, lo que resulta un excelente y barato medio natural para mantenerlos a raya. Otro remedio homeopático es un chorro de vinagre en la bañera del agua que mata a los piojillos y ácaros adultos y suaviza y acondiciona el plumaje, pero no acaba con los huevos de estos animales.
También los mosquitos hembra que buscan sangre para obtener proteínas con que fabricar sus huevos pueden causar estragos a nuestros pequeños amigos si les pican dando lugar a una excrecencia muy molesta y dolorosa similar a un grano de maíz que no dejarán de picotearse. Sólo podemos curar la picadura con tintura de yodo para aliviarles y evitar que sigan rascándose. En los casos más graves el pájaro puede perder el miembro donde le picó el mosquito o incluso morir. Si vemos al ave muy afectada y abatida debemos separarla de otros ejemplares, colocarla en un lugar tranquilo y suministrar perilla y pasta húmeda que es para ellos una golosina y les abre el apetito, además de un buen antiestrés o un antibiótico de amplio espectro por si el mosquito hubiera transferido algún tipo de infección. Para evitar la entrada de estos insectos en el lugar donde tenemos nuestros animales hay que proteger las puertas y ventanas abiertas con maya mosquitera especialmente en la noche que es cuando entran en actividad y así evitaremos picaduras y la transmisión de algunas enfermedades que portan.
Pero sin duda uno de los lugares del cuerpo que los pájaros son más propensos a picarse son las patas, y a veces pueden llegar a hacerse verdaderos destrozos y a automutilarse partes de éstas. A pesar de que nos pueda parecer lo contrario los ácaros de las patas no causan picazón y no son un motivo que provoque que se rasque un ave, al contrario que las lesiones por accidentes u otras enfermedades fúngicas o bacterianas que sí pueden dar lugar a este comportamiento. A veces una pequeña descamación o herida en una pata a causa de un accidente sufrido por el pájaro puede llevar a algo mucho más grave si el animal insiste en tocarse continuamente, pudiendo cortarse dedos o incluso provocarse una hemorragia mortal. Debemos entonces curar la herida de forma típica y desinfectar la jaula manteniéndola bien limpia hasta la total SANACIÓN para evitar así que haya infección por contacto con materias patógenas presentes en los restos de comida y en los desechos fecales.
El pájaro es más propenso a sufrir accidentes en la pata donde porta la anilla por razones lógicas, y si se da el caso debemos vigilar la inflamación que podría aumentar tanto que haga que ésta se le clave en la carne de la pata y corte el riego sanguíneo, lo que puede provocar fácilmente la pérdida del miembro o incluso la muerte del ejemplar por una infección similar a la gangrena. Tenemos entonces que curar la herida, vigilar la inflamación y subir la anilla hacia arriba un rato a diario para evitar que se atasque. Si vemos que la pata del pájaro corre peligro debemos echar mano de una tijera cortaanillas para evitar que quede cojo. Si el daño es muy grave se puede tener que recurrir a amputar, aunque en la mayoría de estos casos la pata acaba secándose y cayendo por sí sola o bien el pájaro puede picarse hasta eliminarla poco a poco, algo bastante desagradable. Para evitar estos incidentes hay que cuidar de que la jaula no tenga objetos ni partes donde el pájaro pueda engancharse o alambres con extremos punzantes o cortantes. Los cardenalitos tienden a dañarse de este modo por su costumbre de colgarse de los barrotes Y DE CUALQUIER OBJETO QUE HAYA EN SU HABITÁCULO en posiciones acrobáticas y hay criadores que para evitar estas desgracias usan jaulas especiales que son cerradas por todas partes como una caja salvo por el frente, único lugar donde tienen rejillas. Otra precaución que hay que tener es mantener las uñas de nuestros animales bien arregladas Y CORTAS para evitar enganchones y también para que no se las claven en la almohadilla del pie al cerrar los dedos.
Las patas de nuestros pequeños compañeros también pueden sufrir infecciones fúngicas o bacterianas indeterminadas que provocan enrojecimiento, inflamación, cojera y picaje. La falta de higiene del habitáculo donde viven los pájaros puede hacer que pisen más de lo debido excrementos o comida fermentada que contengan agentes patógenos, lo que aumenta el riesgo de infección de cualquier pequeño roce o herida, o incluso de la piel sana. Los síntomas son hinchazón del miembro, enrojecimiento, cojera y una acusada tendencia a tocarse. Hay que tener mucho cuidado con la anilla bajo la cual puede tender a acumularse porquería. Hay medios para tratar esta patología de forma adecuada con bastante eficacia, pero si vemos un animal afectado y por el motivo que sea no podemos adquirir los medicamentos en ese momento tenemos también la posibilidad de recurrir a hacer friegas en la zona afectada con agua oxigenada que es un buen desinfectante, o con agua clara mezclada con un poco de vinagre o bicarbonato lo que cambia el PH de la piel convirtiéndola en un medio desfavorable para la proliferación de hongos y bacterias. No obstante el mejor modo de evitar esto es, como siempre, la higiene y no usar comederos interiores abiertos donde los pájaros pueden meter las patas y entrar en contacto con la comida.
En este artículo he querido tratar de forma general y no muy a fondo, los motivos que pueden hacer que un cardenalito se pique a sí mismo, motivos que, como dije en otra parte de este ensayo no son distintos en canarios u otros pájaros de jaula. Sobre los temas que hay aquí expuestos hay mucha información en profundidad en Internet y libros pero espero que lo aquí tratado sirva a quien le surja alguna dificultad para saber los temas sobre los que ha de investigar en caso de que tenga algún problema con el autopicaje o la autolesión. No obstante en un siguiente escrito trataré la agresión de los cardenalitos hacia sus compañeros de voladera, y aquí sí hay particularidades y diferencias respecto a otras especies.