El valor de las normas pero... para los demás.

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Mira Rafael, si todo eso que escribes te lo crees, pues eres muy libre de hacer como los avestruces: esconder la cabeza en el suelo hasta que pase el temporal, pero las normas escritas son clarísimas y meridianas.

Y solamente me resta recordarte que estoy en FOCDE antes de que se fundara, pues ya era socio de AONS con anterioridad. Además te recuerdo que formé parte del equipo que redactó sus primeros estatutos, mucho antes de que fuera presidente de ella D. Román Cantero o D. Gregorio Garí Riera.

Dejo el tema por manido, ya que es a las asociaciones de FOCDE a las que tenéis que dar explicaciones y no a mí.

Hoy en día todo el mundo sabe leer y todo el mundo sabe lo que ponen los artículos. Cada cual que opine lo que desee.

Un saludo a todos.

[Rafael Martinez Morgado]

Hola D. Bernardino:

No soy un avestruz, porque este bello animal es un ave y pertenece al género de las Corredoras.

Soy un mamífero meridianamente inteligente y por tal motivo me es difícil emular a esas rápidas aves. Pero en términos alegóricos he de decirte, que siempre doy la cara. Si tengo un gran defecto Bernardino, es que no suelo esconderme de nadie ni de nada. También te digo que tengo una historia personal muy brillante y de la que no me avergüenzo de nada. Tengo algunas condecoraciones y soy persona de bien como lo eres tú.

Pero volviendo a Normas, el Comité Ejecutivo a quien ha de rendir cuentas es a su Asamblea y no aquí en un foro y a ti. Si hemos hecho algo mal, nos lo demandarán; pero todos los asociados a FOCDE saben perfectamente que lo que FOCDE haga en este Campeonato, es por el bien de esta gran Federación.

Buenos personajes los que has nombrado. Del primero guardo un buen recuerdo como persona y como Juez de Timbrados, fue uno de los pioneros en la fundación de la Federación Andaluza.

Un cordial saludo.
Rafael Martínez Morgado

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Les cuento un chiste:

Están un grupo de cinco maridos de tertulia en un bar y blasonan de que ellos son todos muy machos y que son ellos los que mandan y llevan los pantalones en sus respectivas casas, pero uno de ellos asiste callado a las bavuconadas de sus colegas. En una de esas, uno le pregunta: "Ytú, Paco, en tu casa quién pronuncia la última palabra? A lo que él contesta: "Yooo, clarooo!!! Siempre digo... Sí, cariño"

Fin del chiste: Jajajajajajajaja.

Un saludo a todos.