Rizado de París.

Características generales:

Es un canario soberbio, suntuoso, de aspecto desafiante y altivo, rico en plumas y vuelos que le dan una apariencia aún más noble; tanto es así que fue el canario más estimado por el sha de Persia.
El sha gustaba de albergar en su espléndida morada varias pajareras de rizados de Paris, que mandaba a comprar en Italia a sus emisarios durante los años sesenta y setenta. Los mejores ejemplares eran alojados en espléndidas jaulas doradas que colgaban de los techos de su palacio a modo de lámparas.
Se trata de una raza antigua, caracterizada por su gran tamaño y por la típica ondulación del plumaje en todas las partes del cuerpo, dos elementos fundamentales que se deben considerar en un buen ejemplar.
Hay que insistir en le hecho de que un parisino, además de ser largo, debe tener proporcionadas las tres partes que un observador medianamente experto examina y compara para hacerse una primera idea del valor del ejemplar: La cabeza, el tronco y la cola. Sus tamaños deben ser armoniosos. Por ejemplo, una cabeza grande en un ejemplar con una cola mediana, o viceversa, resta gran parte de la armonía. La experiencia tiene mucha importancia a la hora de valorarlo.
Apreciar los diferentes rizos no es tarea fácil para los que no posean experiencia en la cría. Es conveniente insistir en este en este concepto, para que el criador aficionado sepa distinguir un parisino grande con bonitos y abundantes rizos de “ un parisino grande lleno de pequeños rizos”.
Esta expresión pretende ser despreciativa precisamente para que quede claro que cada parte del cuerpo debe tener los rizos formados de cierta manera, y no de otra.

Talla

La valoración de la talla lleva implícito el concepto de forma como armonía de las diferentes partes del cuerpo, factor primordial para determinar la elegancia.
Tal y como aconsejan los grandes expertos en la cría del parisinos, y como describen los criterios de juicio y los estándares específicos de los canarios rizados, para aprender a estimar, con buena aproximación, la talla de los ejemplares, resulta muy útil medir siempre los canarios fallecidos, a cuyo tamaño se había acostumbrado el ojo a fuerza de verlos durante mucho tiempo. Elimínense luego las timoneras, y se constatará que su longitud es más o menos la mitad del animal.
La talla mínima es de 19cms, con proporciones perfectas.

Porte

Resulta superfluo subrayar lo importante que es para el valor de un ejemplar como el parisino la contribución del porte.
Los defectos más comunes es este apartado son dos: ángulo respecto a la horizontal visiblemente inferior a 50 grados y cola no alineada con el tronco.
El primer defecto, cuando es muy acentuado, se define como postura de rana.
Esto es más frecuente en los ejemplares de tamaño gigante, y se puede depender de la débil constitución de los miembros o de la rigidez del dedo posterior.
Por el contrario, un ejemplar con un porte óptimo se mantiene erecto, altivo, majestuoso, con la cabeza, el tronco y la cola en la línea del cuerpo.
Otro defecto bastante frecuente de estos canarios es la presencia de un ángulo entre el tronco y la cola. Ello depende, en parte, de la posición poco recta del cuerpo, además del peso de la cola, que cuelga debido a la musculatura extensora del obispillo endeble.

Plumaje y manto

Plumaje sedoso, con mucho volumen, y compuesto. En esta raza se admiten todos los colores inclusive el factor rojo.
El manto consta de hombros bien divididos, simétricos y muy voluminosos ( poblados ,anchos y extensos).

Canasta y costados

En el parisino los rizos de la canasta y del abdomen se confunden y parecen una gran ondulación única. Los costados son muy voluminosos, poblados y anchos. Otra característica muy importante a la hora de escoger ejemplares de valor es la simetría de los flancos, que deben estar curvados hacia arriba hasta sobrepasar el margen de los hombros.

Cabeza y cuello

Cabeza voluminosa, con típicas formas de casquete simétrico, de yelmo o de casco completo; el cuello tiene el collar poblado y completo, pegado a la cabeza.
Si bien existen numerosas formas de las ondulaciones de la cabeza, que proceden sobre todo de cruces entre canarios con formas diferentes, se distinguen dos tipos fundamentales: casquete y casco.
Casquete; Está formado por las plumas que nacen de la zona central del cráneo, desde la cual caen hacia los lados hasta cubrir los ojos. Si ello sucede es un solo lado, el casquete es simple, mientras que si se da en ambos lados, el casquete es doble o simétrico. En ambos casos, las plumas pueden levantarse a nivel de la nuca formando una especie de yelmo, denominado precisamente casquete en forma del yelmo.
Casco; Formado por plumas que se elevan hacia arriba, enrollándose. A menudo, estas plumas se disponen más horizontalmente, dando un aspecto de turbante indio al rizo de la cabeza.
En cualquier caso, cuando el casco es completo, la cabeza tiene un volumen notable y es muy redonda.