2) ¿Quién aporta más al canto de los hijos, el padre o la madre?.
Entre los canaricultores encontramos dos posibles respuestas a esta cuestión:
Por un lado, encontramos la que llamo postura tradicional, que cuenta con un gran número de defensores y que durante mucho tiempo ha sido la respuesta mayoritaria en el seno de nuestra afición a la pregunta planteada. Los seguidores de esta postura mantienen que es la hembra la que más influencia tiene en el canto de los hijos o, dicho de otro modo, la que mayor información aporta a su patrón genético de canto, no es extraño oÃ*r o leer que la hembra influye en un 60 0/0 o más en el canto de sus retoños.
Por otra parte y basándose en los conocimientos cientÃ*ficos, en especial en la Genética, encontramos una segunda postura que, frente a la respuesta anterior, carente de fundamento cientÃ*fico alguno, explica que el canario, como todo ser vivo, recibe a partes iguales la información genética de sus progenitores. La consecuencia lógica de esto es que la influencia en el canto de los hijos se reparte a partes iguales, en teorÃ*a, entre ambos padres. Otra cosa es que por factores morfológicos o por factores externos el canto del joven canario se haya decantado hacia uno u otro lado. AsÃ*, por ejemplo, cuando morfológicamente el hijo se parece más a uno de los progenitores, cuyos genes habrán dominado a los del otro, o, también, cuando éste copia la melodÃ*a de otros ejemplares, de la lÃ*nea paterna o materna.
Pueden darse dominancias de los genes que rigen la herencia del canto de uno de los reproductores, tema del que queda mucho, por no decir todo, que estudiar, pero esto ocurre tanto respecto a los genes de la madre como a los del padre. No existe ninguna regla general que apoye que la madre tiene más influencia que el padre en el canto de su descendencia, ni al contrario. Cuando la herencia de un progenitor, en el aspecto canoro, prima sobre la del otro, se debe a circunstancias concretas, que no admiten generalización.
Aquellos que defienden la preeminencia de la herencia materna sobre la paterna en el canto lo hacen al constatar el hecho empÃ*rico y lógico de que el canto de los hijos es diferente al del padre. Pero eso es asÃ* porque, en la mayor parte de los casos, es el fruto de la interrelación de ambas herencias, independientemente de cuál prime en el caso concreto, no porque la hembra aporte más que el macho. Cuando cruzamos un canario verde con una canaria amarilla se da una herencia intermedia, producto de la cual los ejemplares resultantes son pÃ*os o manchados, la distribución de las zonas lipocrómicas o melánicas se produce al azar, hay ejemplares más verdes y ejemplares más amarillos, además, en ocasiones, aparecen ejemplares verdes o amarillos. En el ejemplo anterior, ¿podemos decir que la herencia materna influye más en el color de la descendencia por presentar ésta zonas amarillas en el plumaje?. De la misma manera, vemos que hay canarios producto de ese cruce en cuyo plumaje prima un color u otro, sin que haya otro motivo, en principio, que el azar para ello. Lo mismo ocurre con la base genética del canto del canario, el azar determinará que domine la lÃ*nea materna o la paterna, o que haya una codominancia o herencia intermedia.
Podemos resumir todo lo dicho hasta ahora diciendo que hay que tener siempre presente la teorÃ*a, pero también tenemos que tener en cuenta que la teorÃ*a es eso, teorÃ*a, y que en la realidad no siempre se cumple, máxime cuando hablamos de Genética. Imaginemos por un instante que conocemos todas las caracterÃ*sticas que pueden aportar unos padres a su descendencia, ojalá fuera posible, en este supuesto sucederÃ*a lo mismo que si conocemos todos los números que van a integrar el deseado Gordo de la LoterÃ*a de Navidad pero ignoramos su orden final. El azar es caprichoso y por mucho que el ego humano lo lamente, no está en nuestras manos el control pleno sobre los mecanismos de la herencia . Nadie puede saber, con absoluta certeza, al hacer un cruce, si el producto del mismo va a ser bueno, mediocre o malo. Como se suele decir “nunca se sabe de donde puede saltar la liebreâ€.
Sacado del artÃ*culo "Consideraciones sobre la Herencia en el Canario de Canto"